La lucha contra la discriminación de género y el proteccionismo yanqui como novedades políticas en la coyuntura


El movimiento de mujeres ganó nuevamente la calle y con ello tiñó la discusión política contra la discriminación de género a todo nivel.
Se destacó la importante presencia del movimiento sindical y sus reivindicaciones más generales por el salario, en momentos en que las patronales y el Gobierno en Argentina pretenden establecer un techo a la recomposición de los ingresos populares.
Los datos sobre impacto económico hablan por sí solos y si el desempleo al tercer trimestre del 2017, último dato disponible es del 8,3%, para los hombres alcanza al 7,3 y a 9,5 para las mujeres.
Con ello, una de cada 10 mujeres está desempleada. Se agrava la situación para menores de 29 años, con 19,5% de desempleo de mujeres, o sea, dos cada 10.
Si se mira el lugar de las mujeres en puestos empresariales solo el 34% de los cargos de Dirección son ocupados por mujeres, el 39% de las Jefaturas intermedias. Se destaca el 54% en puestos administrativos, lo que verifica el papel subordinado asignado a la mujer en el mundo empresario.
Respecto de los salarios, las mujeres perciben un 26,4% menos que los hombres. Todos los datos son ofrecidos por el IEF-CTAA y tomados del Indec y el Ministerio de Trabajo.
No solo ocurre en el ámbito de la economía, sino que el colectivo de mujeres artistas denunció en estos días que la exposición de mujeres en diferentes ámbitos del arte es apenas del 20% respecto de una oferta mayoritariamente masculina.
Resalta en ese plano la protesta en el Bellas Artes con un apagón diario de media hora donde solo se iluminan las obras firmadas por mujeres, obvio, la minoría.
La protesta y movilización del 8M con paro mundial incluido, iniciativa local que se asume crecientemente en todo el mundo, incluye diversas reivindicaciones con factor común contra la discriminación de una cultura patriarcal que subordina el papel de la mujer en todos los terrenos de la cotidianeidad.
El movimiento de la mujer se ha constituido como una gran novedad en el escenario político y sus demandas terminan impactando a todo nivel, por eso desde el propio oficialismo en la Argentina surgen iniciativas por la igualdad de ingreso, más allá de sus posibles materializaciones e incluso la discusión por la legalización del aborto.
Toda apertura al dialogo contra la discriminación, por muy amañado que sea, supone un triunfo del movimiento popular y feminista en particular por la democratización de las relaciones sociales, que tienen en el ámbito económico un lugar sustancial.
Proteccionismo de Trump
Asistimos a un tiempo de muchas novedades, entre las cuales destaca el proteccionismo estadounidense, ahora con aranceles del 10% al aluminio y 25% al acero.
Solo para el caso argentino supone negocios obstaculizados por unos 700 millones de dólares anuales. El perjuicio se extiende a otras latitudes, claramente a China, Brasil y países europeos. Estos últimos amenazan con represalias a productos estadounidenses en lo que ya se considera una guerra comercial.
El Presidente de la Argentina pidió a Trump que la Argentina se beneficie con la excepción del recargo, tal como los socios del norte: Canadá y México. Por boca del ejecutivo yanqui nos informamos que la ocasión sirvió para que Argentina se comprometa más en la avanzada de EEUU contra Venezuela.
No tiene que sorprender el proteccionismo de Washington, ya que es una réplica histórica de la defensa de sus propios intereses, más ahora con el lema “America First” sustentado por Trump.
EEUU pretende recuperar hegemonía perdida y disputada ya no solo por Europa y Japón, sino por China y su alianza con Rusia y desde allí toda la estrategia global por desplazar al dólar del centro de la escena mundial, por lo que no solo debe hablarse de guerra comercial, sino también monetaria.
Interesa el tema ante el temor de una nuevo explosión de la burbuja financiera o inmobiliaria con impacto mundial más grave y oneroso que la acontecida entre 2007/2009.
Para el caso argentino no hay novedad, ya que el antecedente cercano y vigente es la obstaculización al ingreso de biodiesel al mercado estadounidense por 1.200 millones de dólares anuales, y aun con cifras menores, ocurrió con la exportación de limones a EEUU.
El discurso hegemónico es por el libre comercio, pero es solo discurso, ya que desde el origen, tanto Inglaterra como EEUU en el marco de la teoría de las ventajas comparativos sostenían la libertad de comercio en conjunto con tradicionales políticas de protección a la producción nacional en sus territorios.
No debiera sorprender la subordinación discursiva por el libre comercio de los gobiernos en la región, ya que lo hacen desde una convicción ideológica e intereses no asociados al bienestar general de la población.
Novedades y transformación
Las novedades políticas pueden contribuir para una perspectiva de lucha por la emancipación.
No hay duda que el 8M contribuye en una perspectiva liberadora, aun con contradicciones diversas que puedan manifestarse en el seno del amplio movimiento contra la discriminación de género.
Pero también puede ayudar la novedad del Trump proteccionista para evidenciar la política estadounidense que establece la primacía del interés local, aun cuando otros sectores hegemónicos en EEUU o en otros países lo critiquen.
Sea con proteccionismo o con librecambio, la estrategia nunca es a favor de la independencia de los pueblos, por lo que siempre se afecta la soberanía popular.
La transformación social es una posibilidad, siempre que avance una estrategia popular por la liberación, tal como avanzan las reivindicaciones del movimiento contra el patriarcalismo, que puede y debe contactar con otras manifestaciones contra el colonialismo, el imperialismo y el capitalismo.
Buenos Aires, 10 de marzo de 2018

No hay comentarios: