Macri llega al gobierno con el voto peronista y radical

Entrevista al economista político Julio Gambina
Macri llega al gobierno con el voto peronista y radical
Mario Hernandez

M.H.: Tanto hoy (9/8) como el domingo (San Cayetano), las expectativas de los organizadores de las convocatorias a las marchas contra la política del gobierno fueron superadas. Supongo que probablemente suceda algo similar el jueves con el paro nacional de ATE. Es un poco obvia mi pregunta, ¿a qué se debe este crecimiento del conflicto social?

J.G.: No sé si es obvio. Acabo de sacar una nota este fin de semana, inspirada en la movilización de San Cayetano. Venimos de un triunfo electoral de la derecha con Macri, que es un antecedente histórico, es la primera vez en tiempos constitucionales, desde que asumió Yrigoyen, siempre gobernó el radicalismo o el peronismo. Esto habla de una crisis política muy grande. Claro que Macri llegó con el apoyo de la UCR oficial, no todo el radicalismo pero gran parte; una parte del peronismo también lo apoyó. O sea, que se puede decir que Macri llega con el voto peronista y radical.
Y venía transformando su consenso electoral en consenso político; en general, las primeras medidas fueron saludadas por el poder mundial y en buena parte por la sociedad. La primera disrupción fue el 29 de abril, en la víspera del 1º de mayo, las 5 centrales sindicales nacionales convocaron a un paro nacional, concentración y movilización que fueron muy importantes y se instaló un primer debate a posteriori con el tema de la Ley antidespidos que el gobierno vetó y lamentablemente las CGT no se sumaron al compromiso de parar y solo hicieron una movilización las dos CTA y algunos gremios de la CGT como aceiteros, bancarios, la CGT de La Matanza y organizaciones sociales. Ese fue un llamado de atención que luego se generalizó con sorpresa para el gobierno, con las protestas por los tarifazos. Hay que sumar a las dos movilizaciones que mencionás el ruidazo del jueves pasado.

M.H.: Y la convocatoria a la Marcha Federal también.

J.G.: Eso viene después, para fin de agosto.

M.H.: El agosto caliente, como me gusta denominarlo.

J.G.: Claro. El jueves al mediodía hubo una concentración en la puerta de la Corte Suprema de Justicia que es donde se está tratando cómo se va a resolver el tarifazo, por lo menos en el corto plazo, no en la magnitud en la que el gobierno pretendía.

M.H.: Le pidieron opinión a la Procuradora, tengo entendido.


Las buenas noticias no llegan, ni para el gobierno y mucho menos para la sociedad


J.G.: Por eso digo que en la justicia es donde va a resolverse el tema, por eso las movilizaciones también se están haciendo a la Corte Suprema. Lo que quiero decir es que el escenario que tenemos ahora, agosto de 2016, no tiene nada que ver con el escenario de diciembre, enero y febrero: devaluación, eliminación del cepo, acuerdo con los fondos buitre. Parecía que se sacaban de encima una cantidad de restricciones económicas y en aquel momento el discurso era que en el segundo semestre venían mejores noticias; las mejores noticias no llegan, ni para el gobierno y mucho menos para la sociedad. Y cuando pensás en términos de la sociedad, la mayoría son trabajadores, y cuando en las casas de los trabajadores empiezan a llegar las tarifas de agua, de electricidad, de gas, cuando la gente va al supermercado a comprar alimentos, pasa esto. El INDEC dice que lo más difícil es parar la inflación de alimentos.

M.H.: Eso te quería consultar específicamente, leí la nota a la que hacías referencia: “Crece el conflicto social entre la recesión y la inflación”. Y allí utilizás un término “inflación núcleo” que me gustaría que expliques, porque ahí es donde decís que está el tema duro.

J.G.: La inflación núcleo la está usando el INDEC, es el corazón de la inflación, que no está atravesada por la estacionalidad. Por ejemplo, es probable que vayas a comprarte una prenda de vestir y te encuentres con ofertas porque está terminando el invierno, aunque sigue haciendo mucho frío, desde el punto de vista de la lógica comercial empiezan a liquidarse las prendas de invierno y van a empezar a aparecer rápidamente las de primavera. Entonces, puede ser que por razones estacionales bajen los precios por liquidación de invierno. Esa no es la inflación núcleo, la que no está atravesada por temas coyunturales. Otro tema coyuntural es una gran sequía o un temporal que afecta a la producción de frutas, a la cosecha, entonces hay una modificación en los precios por un asunto coyuntural. O una crisis muy importante de un país comprador o vendedor de Argentina, la crisis brasileña respecto de los autos, por ejemplo.
La inflación núcleo es la que no está atravesada por temas externos, es pura. Lo más importante que plantea Todesca, el titular del INDEC, es que no están pudiendo controlar los alimentos, además de que el gobierno Cambiemos-PRO es lo más alejado de controlar, que es papel del Estado, ellos tienen una lógica de mercado, lo que han hecho es abrir las importaciones que tiene impacto en los precios pero, al mismo tiempo, en el cierre de muchas empresas y con esto suspensiones de trabajadores y despidos con impacto en el desempleo, en la pérdida de ingresos de la población y que lleva a la baja del consumo.
El tema es muy delicado, porque no están pudiendo controlar y para profundizar el control de la inflación le meten fuerza a la recesión. La recesión está provocada, no es que hay algunos problemas y no se puede producir. La protesta social tiene que ver con que la sociedad empieza a sentir en carne propia el impacto de la política pública, y el gobierno no está teniendo éxito. No es que a mí me interese que lo tenga, pero tenía premisas que afirmaban que si devaluaba, quitaba las retenciones y arreglaba con los buitres iba a tener inversiones externas y préstamos del exterior. No pasa ni una cosa ni la otra. Y si no hay dinero que venga de afuera por inversiones y préstamos, no hay activación de la producción dominada por transnacionales. Y no es que yo quiera que así funcione la economía argentina, pero así funciona la economía capitalista argentina, hace falta que alguien invierta, alguien que ponga plata para producir. Por ejemplo, hidrocarburos no convencionales y con fracking destruir la naturaleza, eso es Chevrón. Eso lo logró en la última etapa el gobierno kirchnerista. Chevrón vino con un acuerdo secreto que hicieron. Ahora el precio del petróleo baja, por lo tanto, el macrismo no consigue que vengan los recursos de las petroleras mundiales. Y uno de los debates que hay hoy en el gobierno, es hasta cuándo van a aguantar pagándole los subsidios a las petroleras.

M.H.: Que es una cosa terrible porque una de las justificaciones, que habla de la conservación del empleo, tampoco es cierta, porque hay 3.500 despidos en la industria petrolera.

J.G.: Te das cuenta que no tiene lógica, dicen que el Estado no tiene que intervenir entonces sacan los subsidios a las tarifas, que les saquen el subsidio a las petroleras entonces.

M.H.: Estamos hablando de la friolera de 3.500 millones de dólares.

J.G.: Sí. El precio del barril de petróleo a nivel mundial está en torno de los 40/45 dólares y en Argentina se está pagando más de 75 dólares el barril. Nosotros subsidiamos a las petroleras. No se subsidia a la población en materia de servicios públicos, que se puede discutir, hasta podés admitir eso, pero si no subsidiás a la población, tampoco subsidiés a las petroleras.


Los inversores internacionales quieren que Macri saque a la gente de la calle y discipline al movimiento social


M.H.: Este tema de la recesión inducida es advertido por el FMI y por revistas como The Economist, por ejemplo, que también llaman la atención sobre el tema del conflicto social. Porque la inversión y el conflicto social son dos cosas que se repelen.

J.G.: Macri tiene un discurso muy fuerte que afirma que hay que salir de los combustibles fósiles y los hidrocarburos e ir a la energía eólica y solar, eso es para la búsqueda de inversores internacionales en ese tema. Pero los inversores internacionales quieren que saque a la gente de la calle y que discipline al movimiento social. Además, el capital mundial hoy busca la baja del costo laboral en todo el mundo, sino no se entiende la reforma laboral en discusión en Francia en este momento, uno de los países con mayor desarrollo del Estado de bienestar, de la promoción de los derechos de los trabajadores en sentido histórico. Ahí hay una ofensiva muy fuerte para quitar derechos de los trabajadores y millones de personas en las calles salen a protestar.

M.H.: Esa reforma laboral en Francia se implementó por decreto presidencial.

J.G.: Y fue hecha desde un gobierno “socialista”. Entonces, en Argentina, con un gobierno de derecha, las clases hegemónicas y los capitales más concentrados a escala mundial también plantean que hay que disciplinar. Por eso la discusión que hay ahora planteada; muchos sindicatos piden la reapertura de paritarias y el gobierno dice que no hay que abrirlas porque la inflación va a bajar en el segundo semestre. Es probable que baje, hay una tendencia a la baja del dato inflacionario pero porque hay una extensión de los problemas de la restricción al consumo popular sobre todo. Eso es la recesión. No se produce porque no se vende, no se vende porque no se compra y no se compra porque no se tienen recursos para acceder a eso.
La inflación va a bajar y el gobierno dice entonces que en estas condiciones no hay que abrir las paritarias y quedarse con el nivel de ingresos que se logró hasta esta etapa. Que va desde un 20% los que cerraron por 6 meses para reabrir y cerrar en el segundo semestre, al promedio de 30/31% los que negociaron por un año, y la proyección inflacionaria va rondando el 45%.
El próximo martes tendremos el dato de la inflación del último mes y ahí esta la especulación de todos, que puede andar en torno del 2%, pero ese porcentaje es la inflación que había en mayo del año pasado cuanto todavía no se habían sustanciado las PASO, ni las elecciones, ni el balotaje, era una inflación escondida por el INDEC. Ahora, después de 8 meses de gobierno Macri, tenés la misma inflación que anunciabas que el kirchnerismo escondía hace más de un año atrás en Argentina.
El problema es muy serio y hay una estrategia ofensiva deliberada de bajar el costo salarial como forma de bajar el costo laboral. Y la preocupación es el esfuerzo que hace el gobierno para conseguir aliados en esa política. La semana pasada los dirigentes sindicales que concurrieron a recibir los fondos de las obras sociales, que vergonzosamente estuvieron congelados por el kirchnerismo doce años en el Banco Nación, 30.000 millones de pesos que no se actualizaron; se les entregó 2.700 millones y el resto en distintos mecanismos de bonos y promesas de una cobertura universal, pero son formas de comprar silencio y bajar conflicto social. El otro socio son los gobernadores mayoritariamente del peronismo que a cuenta de acuerdos fiscales y facilitaciones para endeudamiento público  en el exterior, lo que hacen es suscribir pactos fiscales con el gobierno y disciplinar a su tropa de la burocracia legislativa para acompañar las medidas de fondo que plantea el macrismo que es minoría en el Parlamento.

M.H.: ¿El blanqueo no vendría a dar respuesta a esta falta de inversiones?

J.G.: Esa es la apuesta ahora. Como no vienen las inversiones ni los préstamos, vamos a acudir a los recursos de fuga de capitales de la Argentina. Según el INDEC un poco más de 230.000 millones de dólares y según otras fuentes más de 400.000 mil millones de dólares. No hay palabras claras de parte del gobierno pero piensa que aparezca poco más del 10% de esto, y con un chantaje muy fuerte, porque los que fugan capitales no traen su dinero.
Lo más probable es que los que terminen blanqueando sean sectores que tienen muchos menos recursos colocados en el exterior o incluso divisas en cajas de seguridad o bajo el colchón. La cifra es muy importante por la fuga de capitales. De ahí se va a sacar además la penalidad, la multa, que le va a dar cierto alivio a la AFIP que está recaudando muy por debajo de la evolución de la inflación. En los años anteriores siempre había récord de recaudación y la inflación ayudaba a recaudar mucho. Había un estímulo al consumo y por lo tanto el IVA era una fuente de recaudación importante. Eso ya no existe, el combo recesión-inflación afecta las cuentas fiscales porque no hay una recaudación adecuada por parte de la AFIP.
Entonces, el blanqueo también le va a significar una entrada de dinero a la AFIP para ser utilizado por la Tesorería como ingreso fiscal y otra parte que se blanquee y sirva como inversión. Pero te cuento que se le está dando como beneficio al que blanquee tenencia de divisas, y en la medida que los invierta en bonos del Estado, que se acaban de emitir 8.000 millones de dólares para capturar ese tipo de recursos, el que exteriorice los tendrá que tener congelados de manera prudencial; pero de alguna manera lo que se está haciendo es un festival de bonos. Esos bonos no van a pagar interés en este momento pero sí se van a pagar en el mercado secundario, y lo que está mostrando es que la Argentina vuelve a la ronda de endeudamiento, entonces da para discutir también la lógica de los últimos años, cuando se hablaba de la lógica del desendeudamiento, con el que ganaron los que cobraron, los acreedores externos; ahora con la Argentina con un menor nivel de endeudamiento le da la posibilidad que un gobierno como el de Macri acuda al mercado mundial para re-endeudar a la Argentina y eso lo paga el conjunto de la sociedad a través de los impuestos, del gasto presupuestario, de recursos fiscales que debieran ser utilizados para muchas otras necesidades que está planteando la sociedad argentina.

M.H.: Hoy vi un documento de la “Corriente política de izquierda” que tiene fecha del 25 de mayo. Entre los que estás como firmante, junto a otros compañeros conocidos: Manuel Gutiérrez, Carlos Chile, Daniel Campione, Víctor Mendivil, etc.

J.G.: La reunión fundacional se hizo en esa fecha. Es una decisión que hemos tomado, somos compañeros y compañeros de distintas partes del país que hace mucho tiempo trabajamos juntos. Es una corriente nacional, de compañeros de distintas tradiciones políticas que venimos trabajando en el plano de la lucha social, territorial, de los derechos humanos. Y el diagnóstico que tenemos es que primero hace falta enfrentar la crisis política que hay en Argentina. Esto que decía al principio, Macri gobernando Argentina y Trump posiblemente gobernando EE. UU. o Gran Bretaña votando el Brexit. Parece que todo fuera aislado pero es parte de una crisis política muy profunda, y hay problemas muy serios en la política mundial y, por lo tanto, en Argentina también.
Esto también impone una crisis de alternativas. Hoy por muy grande que uno se crea que es, hay gran parte de la sociedad que quisiera protagonizar y participar en alguna corriente política. Nosotros difundimos ese documento ayer, y hoy ya he tenido varias notas radiales y la repercusión en las redes es impresionante, nos dicen que han leído el documento, que quieren participar. Porque hacen falta espacios políticos. No es tema de creerse grande o chico, hoy no hay alternativa política.
Coincido plenamente contigo, las movilizaciones actuales son inmensas pero fragmentadas. El drama es que deberíamos juntar todo en uno. No es sencillo, somos muchas corrientes pequeñas, es parte de la realidad, hay que tener la grandeza de constituirse y animarse a dar debates y desde esos debates que salga algo grande, como ese señor que cumple 90 años, Fidel Castro, que empezó con un grupo pequeño.
Los grupos pequeños si son coherentes y avanzan en debates acertados y son capaces de abrirle el cauce al debate teórico político, con flexibilidad táctica, como decimos en el documento, en aceptar distintas tradiciones políticas, sociales, históricas. Hay que discutir mucho cómo generar una subjetividad transformadora y consciente, saber hacia dónde vamos. Hay mucha gente que hoy cree que lo máximo de lo posible que se puede hacer en Argentina es luchar por la inclusión social, que es la gran consigna de los últimos años.
El problema es que los ciclos que limitan la capacidad de transformación le abren las puertas a gobiernos reaccionarios, conservadores que atrasan en la perspectiva de soluciones para la sociedad y, por lo tanto, no hay nada mejor que discutir con la población que el problema es el capitalismo de esta época.
Yo no comparto, pero me parece inteligente la respuesta que da la Iglesia liderada por el Papa Francisco y buena parte de la movilización del domingo pasado tiene que ver con el empuje que en ese sentido plantea la Iglesia en el tema de la pobreza, del techo, del trabajo, de la tierra, consignas que estuvieron dando vueltas el otro día. O la propia Encíclica papal planteando el tema de la crisis medioambiental.
Yo lo tomo en serio todo eso, incluso para disputar y debatir, no se pueden esperar soluciones en el marco del capitalismo. Acá hubo muchos que creyeron que se podía tener un capitalismo no neoliberal, serio, normal; y con la Corriente política de izquierda pretendemos contribuir a ese debate y abrirnos a discutir con muchas otras corrientes que existen y articularnos e intentar respuestas que puedan confrontar con la tremenda fragmentación que hay hoy en el movimiento popular.
Entrevista realizada en Buenos Aires el 9/8/2016

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